La construcción de Jesucristo
Amplío en este post mis comentarios y hago un resumen de la línea argumental del libro del académico de las religiones Reza Aslan, publicado en 2013 en inglés, "Zealot: The Life and Times of Jesus of Nazareth".
En los párrafos siguientes inserto comentarios míos pero en esencia esta es la línea argumental expuesta en el libro.
En los párrafos siguientes inserto comentarios míos pero en esencia esta es la línea argumental expuesta en el libro.
Dice Reza Aslan que Jesús de Nazareth era un revolucionario, alguien que, como muchas personas de su tiempo, quería liberar a su pueblo del yugo de Roma y establecer el dominio de la Ley de Dios, además, Jesús era un monoteísta consumado. Esto último lo tienen muy claro, por ejemplo, millones de musulmanes. Lo dice el Corán, Jesucristo adoraba al Dios único y nunca se ostentó, ni en lo más mínimo, a sí mismo como Dios; eso jamás, ni en sueños se le hubiera siquiera ocurrido al Jesús de la Historia. Estamos hablando del Jesús histórico. De Jesús de Nazareth.
Esto que expone Aslan es muy claro para cualquier lector del Evangelio de Marcos, tal cual. Los seguidores de Jesús de Nazareth lo veían como el prometido Mesías, hombre del linaje de la casa de David, que no sólo los liberaría de la dominación de Roma, lo cual sería lo más sencillo para él, sino que restablecería el reino de Israel en su mayor gloria, todo ello en nombre del Dios único y de su Ley. Pero vino luego su apresamiento y su crucifixión. Nadie, o casi nadie acompañó a Jesús de Nazareth en su procesión triste y trágica desde las plazas de Jerusalén hasta la cima del monte Gólgota. Todo indica que las escenas no fueron exactamente como las vemos en películas, representaciones y pinturas, con un Jesús llevando su cruz, rodeado de una multitud que lo lloraba y lo despedía. Esa multitud ahora ciertamente está ahí. Simbólicamente hay millones y millones de personas que acompañan a Jesús en su Pasión, En el plano mítico, su Pasión ocurrió hace mucho tiempo, pero igual ocurre todos los días, en un hecho fijado en la existencia de millones de seres. Pero en la realidad histórica, Jesús tuvo en realidad una procesión lo más seguro casi en solitario, quizá sólo acompañado por algunas mujeres, las más cercanas a él, que podían darse el lujo de atestiguar la escena sin ser molestadas. Los hombres, fieles seguidores, no podían presentarse, pues existía alto riesgo de que fueran apresados. Algunos de sus fieles quizá hasta lloraron desconsolados y en el fondo decepcionados porque se acabó la idea del Mesías, pues el Mesías tenía que ser un hombre vivo, no lo podía ser un hombre muerto. El evangelio de Marcos termina con la escena de algunas discípulas que descubren la tumba vacía de Jesús, y no dice más, ahí concluye el relato. Una tumba vacía.... y ahí termina la historia, como una novela de suspenso.
El resto de los evangelistas, que escribieron después de Marcos, ya narran la historia de la resurrección y la aparición de Jesús a sus discípulos. Algo ocurrió en la realidad, más allá de la crucifixión de Jesús porque de otra forma sería dificilísimo explicar el fervor y la pasión con que los seguidores de Jesús predicaron sus enseñanzas y sobre todo su resurrección desde los muertos.
JUDIOS Y GENTILES
Luego de este hecho extraordinario, los seguidores de Jesús de Nazareth se dividen más o menos en dos grupos. Uno de ellos es liderado por el hermano carnal del Mesías crucificado: Santiago, o Jacobo, como también se le conoce. Saber esto fue muy sorprendente para mí porque Santiago es una figura relativamente poco relevante en la historia oficial de los inicios de la Iglesia. Para Santiago, Pedro y los demás apóstoles --los 12 seguidores más importantes de Jesús-- los seguidores de Jesús debían cumplir la Ley y enfocar su esfuerzo hacia los judíos. El otro bando estaba liderado por Pablo, antes conocido como Saulo. Pablo escribió los primeros documentos cristianos de la historia: sus epístolas, muchas de ellas incluidas en el Nuevo Testamento. Allí, Paulo revelaba su concepción de Jesús como Dios. Jesús Mesías, Jesús Cristo, hijo de Dios, un ser engendrado por el Dios Padre, existente desde el inicio de los tiempos. La visión de Pablo era que el mensaje de Jesucristo debería ser llevado a todos, incluidos judíos y gentiles. y que Jesús había venido a abolir la Ley, la cual quedaba por debajo de la vida, pasión y resurrección del Hijo de Dios, quien es Él mismo Dios.
Tales eran las dos "corrientes" de cristianos que existían más o menos hasta los años 60 del primer siglo.
Hubo un hecho que determinaría cuál de las dos corrientes sería la predominante en la historia. Después de años de conflictos políticos y de una gran rebelión de los habitantes de Palestina --la historia de Jesús de Nazareth es un capítulo en esta historia de rebeliones contra Roma-- finalmente en el año 70, el ejército imperial destruye Jerusalén y su Templo, de una forma absolutamente cruenta. La religión judía y el pueblo que la sustenta sufre un golpe terrible. Los judíos de la diáspora deben digerir este hecho y buscar su sobrevivencia donde quiera que se encuentran, mayormente dentro de territorio dominado por Roma.
Es poco después del año 70, que un autor de nombre desconocido escribe, en griego, el primer Evangelio que se conozca, atribuido a Marcos. Luego vendrían más evangelios, incluidos los otros tres canónicos.
A partir de la destrucción del Templo, la corriente de Pablo, la visión de Cristo como Dios, hijo de Dios y Él mismo Dios, se vuelve mayoritaria y lo seguirá siendo cada vez más, hasta que el cristianismo sea, en el siglo Cuarto, declarada religión oficial del Imperio.
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En el nombre de Dios, el clemente, el misericordioso
سْمِ اللهِ الرَّحْمٰنِ الرَّحِيْمِ
La paz de Dios sea contigo
السلام عليكم
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