Mi absoluta sumisión a Allah

Sigo con la convicción absoluta de dedicar mi vida al servicio de Allah, el clemente y misericordioso, siguiendo su guía, según él me la vaya presentando, a través de la oración diaria, de la meditación y de mi total sumisión a su voluntad.

Pienso que a estas alturas de mi vida, es la única forma de alcanzar la felicidad, llenar mi vida de amor y de poder ser útil a mis semejantes, a mi familia y a mi mundo todo, en lo que esté a mi alcance.

Todos los aspectos de mi vida deben estar de ahora en adelante llenos de la adoración y consideración hacia Dios, pues sólo de él emanan la fuerza, la guía y el bien que son caros a todos los seres humanos. Nadie, ninguna persona en absoluto desea practicar el mal, desde el fondo de su corazón, pero a veces el extravío del camino recto es tan real, que sin la sumisión a Allah es imposible encontrar de nuevo la senda.

Mi vida sentimental, mi vida familiar, mi vida para la comunidad, mi trabajo, mi vida social, incluso mi diversión estarán puestas al servicio de Dios. Cada momento, cada instante, no cesaré en tener en mi mente a Allah, no pararé de contar las bendiciones que me ha regalado, y aprovecharé cada oportunidad para hablar de mi fe y para propagar el mensaje de paz, amor y liberación que es capaz de otorgar.