Dios, mi guía y mi luz en todos los aspectos de mi vida
Estos días recientes de cielos despejados, de clima cálido y noches de Luna menguante, han sido para mí de mucha reflexión y de aprendizaje.
Se acerca el mes sagrado del Ramadán, que será testigo de mi primer ayuno. Otro detalle, el Islam prohíbe el alcohol. Para mí, el alcohol es una sustancia que nunca me ha simpatizado del todo. En realidad bebo muy poco alcohol, y no me parece una sustancia que propicie cosas muy agradables para mí.
Así que voy a dejar el alcohol. Lo siento mucho por la cerveza, que me gusta mucho, y por el vino. Me encanta beber cerveza y alcohol con deliciosos alimentos. Pero desde ahora, cero alcohol en las situaciones sociales.
Respecto a la búsqueda de una pareja, de una mujer adecuada para mí, será realizada de forma que agrade a Dios, el clemente y misericordioso, y con el debido objetivo de formar una familia, encontrar el amor verdadero que es el amor a Dios y que contiene la responsabilidad por el crecimiento y desarrollo de mi mujer, el cuidado de toda su persona, el respeto hacia lo que ella es, hacia sus defectos y virtudes, hacia su pasado, hacia todo lo que compone su vida y ser. Y además, me falta mencionar el conocimiento. Conocer verdaderamente a la persona, a través de la honestidad, de comunicar lo que de mí parte, yo soy, sin dudas y sin intenciones de ningún tipo sino de agradar esos cuatro principios que derivan de acciones: responsabilidad, cuidado, respeto y conocimiento.
Esta idea de los cuatro principios del amor la tomé de uno de mis escritores favoritos, Erich Fromm. Él habla de esta idea del amor en varios de sus libros, pero recientemente leí "Etica y Psicoanálisis". Allí, él desarrolla esta idea.
Fromm dice que lo que las personas llamamos "enamoramiento" y que pensamos que es algo mágico, no tiene en realidad ningún secreto. Este "enamoramiento" consiste en sentimientos fuertes que no constituyen sino una oportunidad para construir el amor, y que no es la culminación de nada, sino el principio de esa oportunidad de amar verdaderamente a alguien. A esto yo añado que, como la mayoría de la gente no entiende nada de esto, con frecuencia hace del "enamoramiento" un fin, en lugar de ser sólo el medio para amar de verdad, para depositar en una persona el amor por Dios..
Dice Fromm que el "enamoramiento", que no tiene ningún misterio, surge del deseo sexual aunado a la soledad que padecen los seres humanos. Y sobre esto, yo pienso que es muy importante señalar que el "enamoramiento" que surge en personas que son casadas o que están comprometidas, se debe a que no han sabido llevar su matrimonio o su relación de pareja. Fromm es totalmente laico, pero aquí yo digo: las personas que estando comprometidas, se "enamoran" fuera de su relación es porque han olvidado la ayuda de Dios.
Lo malo de alejarse de Dios es que las consecuencias en ocasiones son muy desagradables y los problemas que se derivan, muy difíciles de reparar. Es muy difícil practicar lo que es descrito en forma de parábola en el libro de Antoine de Saint-Exupéry, "Le Petit Prince" y su problema con los árboles baobabs en su pequeño planeta. Es altamente recomendable, queridos lectores de este Blog, si no lo han hecho, lean "El Principito" y reflexionen sobre la parábola de los baobabs.
Los baobabs, enormes árboles africanos,
son un peligro para el planeta
de El Principito.
Ilustración de Saint-Exupéry
Esta idea de Fromm de "enamoramiento"= deseo sexual + soledad de los involucrados, pienso yo que es lo que los griegos llaman el eros, el amor erótico o el amor romántico, dirigido específicamente a la reproducción pero también al placer.
Y según mi teoría de las palabras griegas para el amor, pienso que el eros está perdido si finalmente no pasa a la forma del verdadero amor, que empieza con la filia, y el ágape y las demás formas de amor.
Sobre todo la filia, el amor fraterno, que es el adecuado para, en pareja, dedicar una vida juntos a Dios, y a su servicio.
Gloria a Dios, el más grande, el único Creador.
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