Los ciudadanos de Occidente no son del todo inocentes por Bruselas, París....
Escribo pocos días después de la luna llena de Jumādá al-ākhirah ( جُمادىا لآخرة ).
Hace algunos días fui invitado a escribir un artículo en una modesta página de internet de temas de actualidad. Después de los atentados del 22 de marzo en Bruselas, publiqué este artículo, en la revista en línea Reversos, que en seguida reproduzco.
Este artículo representa mi opinión, como sobre este tema, como ya la he vertido en otros posts de este Blog.
Artículo en Reversos.
Los ciudadanos de Occidente no son del todo inocentes por Bruselas, París....
Por Jorge Eduardo Jiménez
Lo decíamos en la última entrega en Reversos.mx, a propósito del discurso de Donald Trump: las potenciales occidentales están en guerra. Los ciudadanos de las capitales occidentales deben estar muy conscientes que los ataques suicidas lanzados al aparente azar en lugares públicos son actos de guerra y/o consecuencia de la guerra.Las potencias occidentales han estado lanzando, desde hace años, ataques a países más débiles militarmente --Iraq, Afganistán, Siria, Libia.... --, pensando que estos actos bélicos no tendrían consecuencias para las poblaciones urbanas de ciudades como Nueva York, París, Londres, Madrid, Bruselas, Boston....Señores y señoras, pobladoras de las grandes urbes de los países más prósperos del mundo: ustedes no están libres de culpa. ¿Dónde están las marchas, las protestas contra la guerra emprendida por las repúblicas o reinos de los que ustedes son ciudadanos o súbditos? No hemos visto estas protestas, lo único que hemos visto es una sobrada confianza de los paseantes y habitantes de las grandes capitales de que las consecuencias de los actos bélicos no los alcanzarían.UNA CUESTIÓN DE CONSCIENCIA
Cuando las fuerzas armadas de EE.UU. y sus aliados ocupan o bombardean países más débiles, como Afganistán, Iraq, Libia, Siria, hay personas en estos países débiles que buscan responder. Señores, eso es inevitable. EE.UU. y sus aliados utilizan la más alta tecnología bélica para hacer la guerra. Los países que son atacados carecen de esa tecnología. Sin embargo, surgen en esos países atacados grupos de combatientes que están dispuestos a todo. Esos grupos no pueden responder con fuego a las potencias invasoras, o al menos no al grado de infligirles daño militar. En cambio, utilizan un arma que también pueden ser terrible: esa arma son las ideas. Y en su caso, estas ideas son el islam.
Para un musulmán, su patria puede ser el lugar donde vive, esto puede ser Francia, EE.UU., Bélgica, Arabia Saudita, Turquía. Pero su primera patria no es tal o cual país, sino la ummah, la comunidad de creyentes donde sea que estos se encuentren. Jóvenes europeos musulmanes --incluso de tercera generación de migrantes desde países de Africa o Asia, como los atacantes de Bruselas--, politizados, que se sienten oprimidos y relegados, son fácil presa de ser abrazados por el islam más radical, por el fundamentalismo islámico, como se le ha dado en llamar en Occidente.
El fundamentalismo islámico, radical y violento, ha existido desde hace siglos en el seno del islam. Siempre ha sido minoritario pero sus acciones violentas son como una plaga, un cáncer. La guerra siempre ha sido un factor para que cunda ese cáncer. Los combatientes islámicos en Afganistán, Iraq, Libia, Siria, Sudán utilizan así la mejor arma que tienen: el islam, y propagan esa arma con las tecnologías de comunicación de hoy día. Cualquier religión puede ser y muchas han sido usadas para justificar la guerra y más cuando no se tiene nada qué perder.
CEGUERA
Nos preguntábamos al inicio de este artículo. ¿Dónde está el movimiento pacifista en EE.UU. y Europa? Que yo sepa, no hay grupos de jóvenes, o no jóvenes protestando contra la utilización de sus impuestos en el bombardeo de países ajenos.
Hoy en día, donde hay muchísima información disponible a través de internet, es cuando menos politizados se encuentran los pobladores de occidente. Excepto cuando se les tocan sus intereses inmediatos --desempleo, crisis económica--, las multitudes occidentales han perdido el empuje para salir a exigir a sus gobiernos que se comporten. En este caso, que dejen de hacer la guerra en su nombre.
En cambio, las multitudes occidentales se tragan los discursos de los políticos del estilo del pronunciado hoy por David Cameron, primer ministro de Reino Unido: "(Los atacantes) nos odian (a los europeos), odian nuestros valores, odian nuestro modo de vida". Como si el resentimiento social llevara por sí solo a realizar ataques suicidas. Sí, cómo no.
Las multitudes en Occidente se encuentran anestesiadas, ciegas. Alimentan la ficción de que están libres de culpa; dan por sentadas y merecidas la paz y tranquilidad que normalmente se respira en sus ciudades. Hasta que las bombas estallan. Pero ni así despiertan. Con esas actitudes, serán presa fácil de lo que sus gobernantes decidan qué les conviene y qué no.
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En el nombre de Dios, el clemente, el misericordioso
سْمِ اللهِ الرَّحْمٰنِ الرَّحِيْمِ
La paz de Dios sea contigo
سْمِ اللهِ الرَّحْمٰنِ الرَّحِيْمِ
La paz de Dios sea contigo
السلام عليكم
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