Vivimos en un mundo en guerra
La guerra es un negocio complicado, a la vez que una terrible realidad de este mundo del que Allah (Alabado y exaltado sea, سُبْحَانَهُ وَتَعَالَىٰ الله) es amo y señor único y absoluto.
Vivimos una época de guerra. Esa es la triste realidad que infortunadamente es ocultada a los ojos de la mayoría de los habitantes de esta Tierra. Los seres humanos estamos en guerra, ahora mismo, unos contra otros y aunque algunos vivamos en lugares donde los conflictos bélicos no tienen lugar directamente, la verdad es que los actos de guerra y sus consecuencias tarde o temprano nos alcanzarán si no es que ya lo hacen.
Un tipo de acto de guerra que ya alcanza a todos los rincones del planeta son los actos de propaganda que minuto a minuto, segundo a segundo, son emitidos por los diferentes agentes de comunicación que nos llegan hasta los lugares donde vivamos.
El autor de este Blog vive en México, por lo tanto, me encuentro en territorio de influencia económica, política y propagandística estadounidense.
La mayoría, o más bien debo decir, TODA la gente que se encuentra a mi alrededor, ni siquiera tiene plena consciencia de que existe una guerra que se libra con violencia en lugares lejanos, sí, pero cuyas consecuencias nos alcanzan en cada uno de los minutos que salimos de nuestras casas, o que dejamos entrar contenidos ajenos a nuestro círculo más cercano.
Es decir, todos los mensajes que nos llegan por televisión, por la radio, por la internet principalmente, en cualquier momento nos transmiten piezas de propaganda para favorecer a una de las facciones de esta guerra. Tarde o temprano, en la mayoría de las comunicaciones que recibimos cotidianamente, salen a relucir temas importantes que están llenos de ideología y propaganda.
Aquí en México, la mayoría de la gente se preocupa, lógicamente, por cuestiones que les son más inmediatas, por ejemplo, la economía local, los precios de todo, los escándalos políticos locales, los problemas del país. Como digo, eso es lógico y natural. Sin embargo, cada vez más, a las personas no les queda otra alternativa sino empezar a mirar, cada vez más atentamente y cada vez más seguido, hacia hechos que suceden más allá de nuestras fronteras.
En cualquier momento, hechos que se desencadenen en países lejanos, podrían repercutir en un entorno aparentemente tan alejado, como México. Y así con todos los demás países que no viven directamente los conflictos.
Algunas personas racionalizan, cuando se enteran de conflictos geopolíticos lejanos y se dicen a sí mismas: "Por fortuna el mundo queda, tan, tan lejos....". Esa es una actitud práctica, porque hay veces que no ganamos nada con preocuparnos de hechos que ocurren en lugares lejanos, Ya suficiente tenemos con nuestros propios problemas, y con los problemas de nuestra comunidad alrededor.
Yo mismo me he planteado esta cuestión. Yo tengo mis propios asuntos personales, mi actividad y obligaciones para ganarme la vida, para dar a mi familia una vida grata. Existen conflictos y tareas cotidianas, más otras que se presentan de improviso.
Sin embargo, además de las tareas y obligaciones cotidianas, pienso que un hombre que se precie de serlo, debe tener una preocupación mayor que eso. Es decir, uno debe también mirar hacia algo más grande que uno mismo y su reducido mundo particular.
Esa necesidad de lo trascendente, por llamarlo de algún modo, puede ser cubierta por la religión, por el arte, por las diversiones y los placeres pasionales incluso. Los seres humanos somos tan elásticos. Podemos entrar en infinitud de posibilidades en gustos y aficiones.
En mi caso, como he escrito en este Blog, me he acercado a la religión, mi religión que es el islam (لإسلام). Luego, dentro de mi afición, que es comunicarme por medio de la palabra, me he encontrado reflexionando sobre qué deseo comunicar, qué podría ser lo más importante para mí, qué podría ser aquello que yo considere que más vale la pena dedicarle tiempo y esfuerzo.
Esto me ha llevado a decidir, que quiero poner un grano de arena en ayudar a otras personas a comprender mejor este mundo en que vivimos. Avanzar hacia esa comprensión no es una tarea placentera la mayoría de las veces. Supongo que es como un parto, que sabemos por oídas que es doloroso.
Cada nueva certeza puede ser dolorosa. Y la primera de esas certezas que surge tras observar e indagar atentamente, más allá de la superficie, es que estamos en guerra, y que en tiempos de guerra, lo que podamos escuchar y ver, por medio de intermediarios, es con mucha seguridad falso, falsedad al servicio de intereses de los que no tenemos ni idea. Pero por fortuna, podemos tener un atisbo de ellos y denunciarlos.
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Yo mismo me he planteado esta cuestión. Yo tengo mis propios asuntos personales, mi actividad y obligaciones para ganarme la vida, para dar a mi familia una vida grata. Existen conflictos y tareas cotidianas, más otras que se presentan de improviso.
Sin embargo, además de las tareas y obligaciones cotidianas, pienso que un hombre que se precie de serlo, debe tener una preocupación mayor que eso. Es decir, uno debe también mirar hacia algo más grande que uno mismo y su reducido mundo particular.
Esa necesidad de lo trascendente, por llamarlo de algún modo, puede ser cubierta por la religión, por el arte, por las diversiones y los placeres pasionales incluso. Los seres humanos somos tan elásticos. Podemos entrar en infinitud de posibilidades en gustos y aficiones.
En mi caso, como he escrito en este Blog, me he acercado a la religión, mi religión que es el islam (لإسلام). Luego, dentro de mi afición, que es comunicarme por medio de la palabra, me he encontrado reflexionando sobre qué deseo comunicar, qué podría ser lo más importante para mí, qué podría ser aquello que yo considere que más vale la pena dedicarle tiempo y esfuerzo.
Esto me ha llevado a decidir, que quiero poner un grano de arena en ayudar a otras personas a comprender mejor este mundo en que vivimos. Avanzar hacia esa comprensión no es una tarea placentera la mayoría de las veces. Supongo que es como un parto, que sabemos por oídas que es doloroso.
Cada nueva certeza puede ser dolorosa. Y la primera de esas certezas que surge tras observar e indagar atentamente, más allá de la superficie, es que estamos en guerra, y que en tiempos de guerra, lo que podamos escuchar y ver, por medio de intermediarios, es con mucha seguridad falso, falsedad al servicio de intereses de los que no tenemos ni idea. Pero por fortuna, podemos tener un atisbo de ellos y denunciarlos.
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En el nombre de Dios, el clemente, el misericordioso
سْمِ اللهِ الرَّحْمٰنِ الرَّحِيْمِ
La paz de Dios sea contigo
سْمِ اللهِ الرَّحْمٰنِ الرَّحِيْمِ
La paz de Dios sea contigo
السلام عليكم
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