Tuesday, September 29, 2015

De libros y otros artefactos

En estos días lluviosos de principios del otoño, y hoy, día que tendrá noche de Luna llena, quiero reflexionar sobre un libro que me ha cambiado la vida.

Hace algunos años, le preguntaron en una importante feria de libros a un candidato presidencial de México--que hoy resulta ser el presidente-- si podría nombrar tres libros que le hubieran cambiado la vida. El candidato, quien hoy se sabe no es una persona precisamente con una gran cultura, respondió que uno de ellos era la Biblia, pero fraseó su respuesta de una forma tan insegura y titubeante que para todos quedó claro que la lectura definitivamente no era lo suyo.

En ese entonces se puso de moda en México preguntar a los amigos o familiares si podían nombrar tres libros que les hubieran cambiado la vida. En lo personal soy alguien que me gusta leer; a lo largo de mi vida he leído varios libros de diversos autores, sobre muy diversos temas eso sí, pues siempre he sido una persona con una curiosidad por muchos aspectos del conocimiento, de los cuales he procurado instruirme aunque como dice el dicho, "la vida tan corta y los libros son tantos....". Sin embargo, no pude nunca decir que hubiera algún o algunos libros que me hubieran cambiado la vida. Para mí los libros no contienen más que disfrute estético, instrucción, teorías e ideas interesantes... y hasta ahí. Aunque confieso que esperaba encontrarlo, nunca encontré algún libro que hubiera sido tan determinante en mi vida, a decir verdad... HASTA AHORA.

Voy a hablar un poco sobre este libro especial. 

Desde hace años atrás, supe de este libro por referencias en artículos y libros de historia. Rara vez llegué a encontrar una mala referencia de ese libro; casi todo lo que leí sobre el mismo era positivo, muy positivo diría yo. Los comentarios negativos, de fuentes confiables, que llegué a conocer sobre éste eran superados en número por mucho por los comentarios positivos, también de fuentes serias. Así que hace varios meses, me decidí a leerlo por primera vez, en una traducción al español, creo yo bastante decente, que encontré en internet.

Empecé pues a leer este libro, que por cierto fue recogido en versión escrita por primera vez hace alrededor de 1 mil 400 años. Realmente en esa ocasión sólo leí el equivalente a dos páginas. No soporté más, y no lo soporté porque las ideas expuestas eran demasiado fuertes. Ciertamente no era lo que yo esperaba. Lo poco que leí hablaba en lenguaje muy, muy claro, sobre ciertas realidades, no muy bonitas ni agradables de la vida y del mundo en que vivimos.

Así pues, cerré el libro y simplemente lo dejé en espera, pensando que quizá en otro momento retomaría la lectura. Ya de entrada, que un libro me cause una impresión así, es algo de notarse. Suele pasar con libros importantes y antiguos. No es lo mismo tomar en las manos un libro actual, un "best seller" o "uno de las novedades más vendidas", que tomar entre tus manos un libro que tenga más de cien años, ya no digamos más de mil, y mucho menos si ese libro sigue siendo leído por muchas personas después de transcurrido todo ese tiempo. 

A diferencia de la Biblia --el favorito de nuestro presidente--, que es en realidad una biblioteca, una colección de muchos libros, este libro del que hablo es sólo UN libro, que por cierto, en cierta forma pertenece a una rama de la tradición que nos dio los libros de la Biblia. Quiero decir, que es una especie de "pariente" de la Biblia, y para los creyentes se trata de un libro en la misma línea y tradición sólo que más reciente. Aunque por supuesto la mayoría de los creyentes de la Biblia jamás aceptarían que estos dos libros estuvieran emparentados --filosófica o teológicamente hablando--, pero de hecho lo están.

El nombre de este libro significa en su idioma original "La Recitación". Esa sería la traducción correcta al español de su nombre. Y es que se trata de un texto compuesto para leerse en voz alta. En su idioma original está escrito en forma de prosa poética, y dicen quienes dominan el idioma original que el lenguaje, el tono y la composición son muy bellos. De hecho, existe un consenso entre los estudiosos que se trata de la obra cumbre de la literatura de dicho idioma, que por cierto es hablado por muchos millones de personas de muchas naciones hoy en día. 

Este libro está dividido en capítulos y el primero de ellos es una plegaria muy corta, de sólo siete frases, en que el autor del libro le habla a Dios. El resto del libro, todo él, es la extensa y completa respuesta de Dios a la plegaría del inicio. En la plegaria abridora o inicial, el autor entre otras cosas le pide a Dios lo siguiente: "Por favor guíanos por el camino recto, por el camino de quienes has agraciado, pero no por el camino de los que han causado tu ira, ni por el camino de los extraviados".

Y a partir del Capítulo 2, está la respuesta divina a la plegaría. El segundo capítulo empieza así:

"Está es la escritura, exenta de dudas, como dirección para los temerosos de Dios".

Se trata de una frase en apariencia muy sencilla, que dice más de lo que parece decir, en mi opinión. Si concedemos que la escritura representa a Dios --y los creyentes pensamos que de hecho el que habla ES Dios--, resulta un discurso muy directo y claro. Como vemos, está diciendo, según mis palabras. "¿Quieres saber cuál es el mejor camino para la vida? ¿Quieres saber cuál es el camino recto? Pues está escritura lo muestra y sin dudas".

La segunda parte de la frase expresa para quién va dirigido el libro: "para los temerosos de Dios". ¿Quienes son los temerosos de Dios? El mismo libro lo aclara más adelante. En una parte se explica que los temerosos de Dios son aquellas personas que al escuchar el nombre, "Dios", sienten un estremecimiento, una inquietud y un sentimiento de reverencia.

Veamos, el libro no dice que esté dirigido a tal o cual raza, o nacionalidad, tampoco dice que esté dirigido a TODA la humanidad. Desafortunadamente no. Sólo está dirigido a aquellos miembros de la humanidad que son los temerosos de Dios. Pero entonces ¿Quiénes son los que NO SON temerosos de Dios? ¿Cómo son? ¿Qué características tienen? El idioma en que está escrito originalmente este libro del que hablo, es un lenguaje que está emparentado con el idioma antiguo en que están escritos los libros del Viejo Testamento. También es un lenguaje hermano del idioma que hablaba Jesucristo, en vida. Esto es muy importante; los idiomas son los vehículos de las ideas, y más cuando estás ideas viajan a través del tiempo, en algunos casos siglos, e incluso milenios.

Pues bien, la palabra que usa "La Recitación" para referirse a quienes NO SON temerosos de Dios, es. como todas sus palabras, complicadas de traducir al español y a los idiomas modernos. La palabra puede traducirse como "infiel" o como "ingrato", y en general se refiere a una persona que borra de su memoria y de su mente, el beneficio que le ha dado Dios al darle la vida, el sustento y todo lo que tiene. Es decir, el "kafir", o en plural "kaffur" designa a aquellas personas que por muchas razones han olvidado o no desean recordar a quién le deben todo lo preciado que tienen, para comenzar, la vida misma.

En mi opinión, esto es importante porque el libro nunca dice que los NO TEMEROSOS de Dios son los que pertenecen a tal o cual religión o grupo en particular. Es la razón, creo yo, de que más adelante, el libro diga que los "temerosos de Dios" pueden ser las personas que creen en la Torá (Viejo Testamento) y en el Evangelio (Nuevo Testamento). Es decir, tanto los judíos y los cristianos sinceros. Ningún otro libro que haya surgido tras la Biblia, incluso ni siquiera la misma Biblia, ha dicho algo así jamás.

Otras que en mi opinión son perlas de sabiduría, y razones por las cuales, pienso, este es un libro que no puede ser comparado con ningún otro que se haya escrito: 

Se trata de un libro que por un lado, le dice al lector que debe defenderse cuando es atacado, que debe enfrentar los peligros con valor y confianza en Dios, pero que al mismo tiempo, en otro pasaje, le exhorta que al encontrarse con una mujer --se entiende que no sea su esposa ni alguien de su familia-- baje la mirada, para no incomodarla. Un libro que te dice que tengas cuidado si sientes alguna antipatía por alguna persona --se refiere en concreto a la esposa, pero puede aplicarse a cualquier persona, creo yo--- porque quizá Dios puso algo muy valioso en esa persona que tanto te desagrada. En otra parte, dice que tengas cuidado con tus deseos porque ni tú mismo puedes llegarte a conocer todo lo bien que quisieras, y puede que te gusten cosas que sean perjudiciales para ti, y puede que te disgusten cosas que son buenas para ti. Un libro que te dice constantemente, una y otra vez, te lo recuerda, que uno de tus deberes primarios como ser humano es gastar una parte de tu riqueza --sea esta grande o modesta-- en dar a los pobres, o a personas que materialmente han sido menos favorecidas que tú.

Conversando un poco con los seres queridos de mi familia, les he dicho varias veces que este libro LO CONTIENE TODO. Es decir, contiene todos y cada uno de los aspectos de los que se compone la vida, y sobre cada uno de ellos tiene algo importante que decir.

Estas son algunas cosas que quería decir sobre este libro. Habrá muchas cosas más que decir más adelante.

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En el nombre de Dios, el clemente, el misericordioso - بِسْمِ اللهِ الرَّحْمٰنِ الرَّحِيْ

La paz de Dios sea contigo - السلام عليكم

Sunday, September 20, 2015

Busqué, busqué, busqué.... y al fin encontré

Vuelven los hermosos días sin lluvia de finales del verano, en pleno Creciente de Dhu al-Hijjah - ذو الحجة . 

Uso este Blog, que es un espacio mío, propio, público, y abierto para quien quiera entrar y leer --aunque no he notificado a nadie ni enviado invitaciones para que sea leído-- , para agradecer a Dios, el clemente, el misericordioso, todos los dones que me ha dado en este año, el principal de todos ellos, el haber encontrado la fe, que era algo que hacía falta en mi vida.

Yo solía ser una persona desorientada. A pesar de haber tenido siempre grandes dones, seres queridos, pan, techo y vestido y hasta sustento de sobra, oportunidades de trabajo y de educación, siempre había sentido en mi corazón una falta tremenda de algo que durante mucho tiempo nunca supe definir lo que era.

Busqué y busqué, busqué en las personas, busqué en los amigos, en las mujeres, busqué en los libros, busqué en la vida profesional, busqué en las ocupaciones para hacer dinero, busqué en los viajes, busqué hasta en la marihuana, busqué en sistemas de pensamiento, busqué en ejercer el poder en el mundo corporativo, busqué en la psicoterapia, busqué en disciplinas varias, busqué en el deporte... y nunca lo encontré.

Hasta que un buen día de inicios de la primavera pasada, retomé la lectura sobre Jesucristo, a propósito de la Semana Santa. Leí --o releí-- el Evangelio, luego investigué sobre la naturaleza de los Evangelios, y empecé a beber del mensaje precioso de la palabra de Dios. Pero aún así, sentía yo que faltaba una pieza, faltaba algo sin duda en todo el mensaje de la Buena Nueva de Dios. 

Entrando a una enciclopedia digital --Wikipedia-- comencé a profundizar, de forma informal, en la historia y antecedentes de cada uno de los Evangelios canónicos: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Y como en las Enciclopedias, un tema te lleva a otro y a otro, de repente, caí en un artículo sobre el Islam y el Corán. Ya conocía yo lo básico de la fe transmitida por Mahoma, o más correctamente, Muhammed, porque había yo hecho investigaciones al respecto, para un periódico en el que trabajé, a propósito de diversos acontecimientos que ocurrieron en el mundo como consecuencia de los ataques a Nueva York, del 2001.

En aquel momento, todo lo que encontraba sobre el Islam eran cosas muy buen y positivas, Demasiado bueno para ser verdad, pensé entonces.

Pero regresando a la pasada Primavera, leyendo sobre el Islam, Muhammed y el Corán, no sólo en la Wikipedia sino en otras fuentes, de pronto, empecé a darme cuenta que estaba leyendo ideas plenas de sentido, un sentido profundo, para mí en particular. Ello me llevó a leer el Corán directamente. Esa primera lectura de un fragmento del Corán fue muy fuerte en cuanto experiencia. Leer el Corán de buenas a primera puede causar una impresión muy enérgica, de seguro no siempre agradable, dependiendo de quién sea el lector y el estado de ánimo que éste tenga en el momento.

Dada la situación de vida en que me encontraba, dado que ya estaba cansado de buscar y buscar, dado que ya estaba resignado a que la vida careciera de sentido, a que la realidad material fuera la última realidad, a que la espiritualidad no fuera sino un tibio intento por encontrar sentido a algo que no lo tiene, a que los buenos valores fueran sólo una simulación en este mundo. Dados mis muchos fracasos personales en actividades que me eran queridas. Dadas tantas cosas que rondaban mi mente y mi vida en aquel momento.... tal parecía que todo lo que había vivido hasta ese momento me había preparado para encontrar, para realmente hallar... eso que había estado buscando.

Lo más curioso es que lo que encontré es en realidad algo muy sencillo. Es un mensaje expresado en palabras planas y sencillas, no carentes de belleza; un mensaje hecho para personas que no han ido a la escuela, es decir, no es necesaria preparación intelectual alguna. Se trata de un mensaje sumamente sencillo, sin ideas ni teorías rebuscadas.

A raíz de haber abrazado la fe, y de tratar de practicar la fe del Corán, con sinceridad, aunque seguramente de forma imperfecta, utilizando hasta donde me da mi entendimiento, puedo decir que me han llovido un cúmulo de bendiciones.

Yo era una persona que tendía a sentir una fuerte ira, un muy fuerte resentimiento contra el mundo. Habiendo sido víctima de algunas injusticias en mi vida --creo que todos los seres humanos o casi todos han vivido injusticias-- solía guardar terribles resentimientos hacia personas que estuvieron involucradas en experiencias desagradables de mi vida. Dichos pensamientos y sentimientos míos determinaban mucho de lo que yo hacía, mucho del enfoque que le daba a mi vida.

No he dejado de sentir ni de recordar, pero esto ha cambiado un poco. La ira y el resentimiento han pasado a ocupar sólo un rincón de mi vida, sólo un pequeño rincón. Curiosamente así ha pasado con muchos aspectos de mi existencia. Cosas que para mí eran centrales y de excesiva importancia, que drenaban gran parte de mi energía, han pasado a ocupar un lugar, simplemente un lugar en mi vida, el lugar que les corresponde, ni más ni menos sin aspavientos, sin estridencias. Mis relaciones con ciertas personas han pasado a ocupar el lugar que les corresponde en mi vida, mis preocupaciones sobre mil y un cosas, respecto a mi presente y mi futuro, siguen ahí, no se han ido, pero han adquirido una perspectiva diferente. Ahora, todo lo que tiene lugar en mi vida, lo agradable y lo desagradable, gira alrededor de un centro, de algo que es mucho más importante. Y como digo, esto ha llegado sin estridencias, sin exageraciones, ni rompimientos, sin conflictos. No dudo en decir que al sentir esto, he sentido una probadita de la "paz de Dios", de la que hablan los libros sagrados, incluidos el Corán, la Biblia, los Evangelios.

Siento como si hubiera entrado a una casa, una casa limpia, bonita, donde todo está acomodado en donde debe estar. Una casa donde me siento bien, una casa que es exactamente como el lugar donde siempre había querido estar. Esa es la verdad, me siento como en esa casa.

El camino es largo --si Dios me presta vida-- , sé que habrá dificultades, vendrán nueva pruebas, problemas, hieles, mieles y aventuras. Además, llegarán, Dios mediante, más responsabilidades. Pero hoy, puedo decir con total certeza que encontré lo que tanto había buscado, pero que es sólo la continuación y el comienzo de lo que Dios decida y quiera para mí.


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En el nombre de Dios, el clemente, el misericordioso - بِسْمِ اللهِ الرَّحْمٰنِ الرَّحِيْ

La paz de Dios sea contigo - السلام عليكم



Thursday, September 17, 2015

CONOCIMIENTO DEL UNIVERSO

Ya empezado el Creciente lunar, del último mes del calendario musulmán. Días con tardes de lluvia pero aún cálidos.

Todos los credos inspirados o revelados por Dios, o por la divinidad, todos los sistemas de conocimiento, la mayoría de los cuales tienen sus raíces en la antigüedad de la humanidad, postulan preceptos que hoy en día son ratificados por los más modernos descubrimientos científicos. Expongo a continuación un par de estos preceptos.

UNO = 1

Esto es algo que han sabido las personas de inteligencia y razón quizá desde que el hombre es hombre. Detrás de todo cuanto podemos ver y percibir e incluso detrás de aquello que no podemos ver, subsiste una idea suprema, un principio único, generador, o creador, que es principio, origen y final de todo cuanto existe, bien sea en el universo tal como lo conocemos, o en todo aquello que contenga al universo, si es que este universo es parte de algo en el mundo físico que es mucho más grande y que no puede ser percibido por nosotros los humanos desde nuestra pequeña Tierra.

Hay quienes están de acuerdo en que existe una realidad más allá del universo creado o generado, pero piensan que dicha fuerza es dual, es decir es el DOS. Estos sistemas duales postulan que las fuerzas supremas son opuestas, siendo una de ellas destructora y otra creadora o generadora, o desde el punto de vista moral, una fuerza buena y otra malvada. Sin embargo, la realidad descubierta de la conformación del mundo físico --que es el único observable-- por los científicos de este tiempo no parecen evidenciar ningún elemento en pugna con otro, sino un equilibrio majestuoso, y un principio y una inteligencia única tras de la arquitectura del cosmos.

DOS = 2

El mundo creado, emanado o generado del UNO, está organizado en DOS. Es decir, en fuerzas que no están necesariamente en pugna unas con otras, sino que se complementan en sus diferencias y que por lo tanto, una no podría subsistir sin la otra.

Femenino-masculino

En el mundo humano, y en general en el mundo que tiene VIDA, tenemos esa dualidad, el DOS, en el hombre y la mujer. Femenino y masculino. Diferentes comentadores y sistemas a través de la historia han asignado características a estos dos aspectos: el masculino se suele decir, es activo, generador, proveedor; mientras que el femenino es mantenedor, pasivo. Más allá de esas caracterizaciones, lo real es que el mundo humano, y todo el biológico, está compuesto de dos fuerzas complementarias, en las que uno de esos aspectos probablemente no sepa ni comprenda una buena porción del aspecto contrario y viceversa.

Materia-mente

Por otra parte, en el mundo físico en general, los últimos avances científicos han llegado a dilucidar que nuestro universo está compuesto de dos aspectos, es decir, una dualidad, un DOS, siendo estos por una parte la materia --que no es otra cosa sino energía-- y siendo el otro la mente. Por mucho tiempo, quizá más de un siglo a partir de la centuria XIX y hasta quizá la primera mitad del siglo XX, se pensó que el universo era materia (o energía) y nada más. Para los científicos, la mente pasaba a no ser otra cosa sino una manifestación más, quizá un subproducto, de la materia suprema. Más allá de la materia no había nada, según está visión del mundo. El mundo material era su mismo generador, a través de leyes que llegaron a ser por un proceso de azar que actúa a través del tiempo, teniendo a la materia como su principio y su fin.

Pero dicha idea del mundo físico ha terminado por quedar muy raspada, ante los últimos desarrollos de la física cuántica. Hoy en día todavía hay científicos que postulan la idea de que más allá de la materia sólo está la nada. Sin embargo, los físicos se han visto obligados a considerar muy seriamente, si bien no en forma definitiva, dada la naturaleza del método científico,  a considerar la existencia de una dualidad, materia-mente. Esto quiere decir, es altamente probable, que la materia no sea de ninguna manera la realidad última en nuestro universo.

Algo que siempre han sabido los grandes sabios de la historia, pero también los seres más humildes del mundo.

P.D.: Para usar otras palabras y ayudar a la comprensión de la dualidad materia-mente: Según esta teoría, la mente sería parte del universo, inseparable y al mismo nivel de la materia; no una creación o evolución más del mundo material, sino parte de una dualidad, en la que cada uno de sus elementos no tendría existencia sin el otro y viceversa. Al respecto se recomienda leer sobre física cuántica; un ejemplo es este texto,  escrito por un científico de la Universidad de California. (en inglés)
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Monday, September 14, 2015

Cinco meses de vivir en la fe

Esta noche casi desaparecerá del cielo la rajita de la luna menguante para dar paso a la luna nueva, que marca el fin de este mes, Dhu al-Qadah (ذو القَعْدة), que este año fue hermoso y lluvioso de verano. Momento de recoger los frutos de los planes y la brega de este ciclo lunar que termina.

Ya son cinco meses del calendario solar, (13 de abril pasado, o día 23 del mes lunar Jumada al-Ajira --جُمادى الآخرة--), que hice mi declaración de fe o Shahadah (الشهادة‎ ), lo cual me ha cambiado la vida para bien, de lo cual estoy seguro.

Quisiera compartir un poco de mi experiencia personal de estos cinco meses, enviando un saludo a todos mis lectores sean cristianos, judíos o que profesen cualquier otra fe, todas las cuales respeto profundamente y estoy totalmente convencido que cualquiera de esas fes, que son todas en realidad la misma fe, practicadas con sinceridad rinden cada una de ellas frutos preciosos para sus practicantes.

DECLARACION DE FE (الشهادة‎ )

El único ritual para iniciarse en la fe es pronunciar "el testimonio", o declaración de fe que consiste en afirmar, solemnemente --puede ser ante testigos humanos, o la persona sola puede hacerlo ante Dios-- que se cree en el único Dios, y además que se cree que Muhammed es el mensajero de Dios.

Al momento de pronunciar este testimonio di fe de mi creencia en un Dios uno, el clemente y misericordioso, y en la certeza de que Muhammed es el mensajero de El y por tanto, el libro que transmitió a la humanidad, el Corán, es el libro de Dios.

Tal es el sencillo acto con que entré a esta nueva fe y que para mí significa una nueva vida, de varias formas diferente a la vida que lleve anteriormente, la cual sin embargo no desdeño y por la que agradezco a Dios.

Toda mi vida estuve interesado en cuestiones espirituales, pero por mil razones nunca me comprometí con un rito o un credo en particular. Sencillamente debido a que ninguno de los credos con los que tuve contacto --soy católico bautizado, presencié servicios en iglesias protestantes y estudié informalmente el budismo y el hinduísmo-- me llamó lo suficiente para entrar en ellos con compromiso.

"Dios sabe lo que hay en los pechos", como dice el Corán, y también que El lleva a todos y cada uno de los seres humanos por el camino que El quiere, el poderoso e insondable. 

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Thursday, September 10, 2015

La democracia y el jihad

A seis días del inicio del duodécimo y último mes del calendario lunar, que coincidirá este año con nuestras Fiestas Patrias, días cálidos de las últimas semanas del verano boreal, he pensado sobre un tema que me interesa mucho. Y por esta razón, en este post voy a hablar un poco de política.

"La mayor jihad es combatir en tu propia alma; 
combatir el mal dentro de ti mismo" 
(Profeta Muhammed, la paz sea con él).


He sido durante años un observador interesado por lo que sucede en la escena internacional de mi mundo. Como millones de personas, fui testigo azorado del ataque a las Torres gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001.

Durante años, contrario a lo que algunas personas pensaron, vi con buenos ojos la reacción del presidente de EE.UU. George W. Bush de anunciar una acción decidida contra los "terroristas" perpetradores del ataque. En su momento, lo confieso, por ahí del 2003, celebré o más bien vi con buenos ojos la invasión multinacional --sin el aval de Naciones Unidas-- que encabezó EE.UU contra el gobierno de Iraq. Pensé, en ese entonces que la invasión estadounidense iba a ser el inicio de una expansión de la democracia y sus valores en Medio Oriente y centro Asia, una zona que ha vivido conflictos inveterados.

Luego, hace no mucho tiempo, en los primeros meses de 2011, celebré de nuevo las manifestaciones políticas multitudinarias que ocurrieron en países árabe-islámicos como Túnez, Egipto, y otros, y que se dio en llamar en ese entonces "La Primavera Arabe". Igual que respecto a Iraq, pensé que dichas manifestaciones eran un paso más hacia extender y plantar definitivamente la democracia en esos países.

¡Qué equivocado estaba yo al celebrar esos acontecimientos! Para empezar, mis opiniones se basaban en una premisa dudosa. Se trata de una premisa que la gran mayoría de los occidentales tenemos implantada como si fuera un "chip". La premisa es: "La democracia liberal al estilo Occidental es la forma correcta de organizar a cualquier sociedad; el día que la democracia liberal esté extendida en todo el mundo, éste será un mundo mucho mejor".

Hoy ya no estoy nada seguro de que esa premisa sea verdad. Más seguramente, es una premisa errónea. Para empezar es una premisa llena de la soberbia con que los gobiernos occidentales ven a todos los países que no comparten su visión del mundo.

ESCRIBIR LA HISTORIA A LA PROPIA CONVENIENCIA

Los acontecimientos ocurridos a partir del 11 de septiembre de 2001 son un capítulo más en la larga sucesión de conflictos entre el Islam y Europa (Occidente), ampliada desde el siglo XX a EE.UU.

Europa y Estados Unidos desde hace muchos años, han venido aplicando políticas de conquista, sometimiento y terror a un gran cúmulo de pueblos y culturas pertenecientes a civilizaciones distintas a ellos; una de esas civilizaciones es el islam.

Se acusa al islam de ser una religión que propugna la violencia, cuando el Corán lo que establece es que el fiel musulmán debe estar dispuesto a defender su religión ante cualquier intento de coartarla y dañar a la comunidad de creyentes. Para los fieles musulmanes, la comunidad islámica, la ummah (أمة‎) es lo mismo que la Patria para los habitantes de cualquier nación occidental. 

Así que, digan lo que digan los políticos y los medios dominados por EE.UU y Europa, los musulmanes que defienden sus territorios con la violencia no están haciendo nada que no harían los habitantes de cualquier nación occidental que fuera atacada o invadida por fuerzas extrañas: defender su Patria. ¿No lo haríamos los mexicanos si nos viéramos en la necesidad? Claro que sí, los mexicanos podemos ser indolentes, en general a veces flojos, desidiosos, pero si se tratara de tomar las armas para defender a México ¡Seguro que lo haríamos! ¡Claro que sí! Y por cierto, debemos dar gracias a Dios que hace mucho tiempo que los habitantes de este lado del planeta no tenemos que pensar en guerras de invasión. Como si la paz fuera eterna.

Así pues, los musulmanes, mis hermanos en la fe, tienen toda la razón al defender su Patria, su comunidad, su Ummah de fuerzas extrañas, aunque estas fuerzas sean tan avasalladoramente poderosas.

Ahora bien, ¿Son patriotas y luchadores insurgentes quienes utilizaron los aviones para derribar las torres de Nueva York en 2001? Dejando aparte teorías de conspiración, que las hay y muchas, el grupo que organizó el 11/7 es ciertamente un grupo minoritario dentro del islam. Muy minoritario. Un grupo que escogió con su acción atacar un blanco civil, con un fin militar, algo  que  siempre será cuestionable y que desgraciadamente la mayoría de las partes beligerantes llegan a usar en las guerras como recurso táctico y estratégico; ahí está la historia para probarlo.

La prueba de que  el grupo culpable del 11/7 es minoritario en el islam está en que los estadounidenses no han tenido que despertar aterrorizados al enterarse de más ataques terroristas en su patria, desde aquel fatídico día. Si miles, cientos de miles de musulmanes quisiera utilizar el terrorismo, muy fácilmente tendrían ahora sí, aterrados día y noche a todos los poblados estadounidenses, con el temor de que serían los escogidos como sedes de explosiones, masacres y balaceras. Pero nada de eso ha tenido que preocupar seriamente a los estadounidenses, más allá de la pena que les significó el 11/7.

En un artículo de catholic.com (Ver aquí). titulado,  "Jihad sin fin: la Verdad sobre el Islam y la Violencia", se dice que los cristianos son pacíficos, sin duda lo son tanto como los musulmanes, sin embargo gobiernos "cristianos" han perpetrado acciones viles, traicioneras y violentas a lo largo de toda la historia de occidente.

Como el mafioso que sufrió la golpiza de su hijo a manos de un grupo rival, y que en venganza desea ver a sus rivales retorcerse en los estertores de la muerte, a pesar de tener a su hijo curado y en casa, así el presidente de EE.UU, de entonces, George W. Bush ordenó a su ejército atacar a un país extranjero, sin pruebas claras de que el gobierno de ese país fuera el perpetrador o cómplice de los ataques en Nueva York. Así, se lanzó la guerra contra Afganistán, al tiempo que los medios controlados por Washington lanzaban una campaña de desinformación contra el régimen  de ese país. El gobierno del régimen Talibán, que en ese entonces gobernaba Afganistán, pudo haber tenido defectos, muchos defectos quizá, pero era tarea de los afganos arreglar ese problema. En cambio lo que recibieron todos los afganos fue otra guerra más llevada a cabo por un país occidental.

Menos de dos años después, en 2003, George W. Bush utilizando pretextos mentirosos, armó toda una estrategia para invadir y derrocar al gobierno de otro país extranjero, en este caso hablamos de Saddam Hussein e Irak, como todo mundo sabe. Utilizando engaños, viles mentiras, ampliamente probadas y reconocidas ahora, el Ejército estadounidense invadió una tierra milenaria donde el destino de su gobernante debió haber sido decidido por su propio pueblo, por los propios habitantes.

Estos dos ataques, entre muchas otras cosas que son demasiado complejas para tratar aquí, han abierto el camino a más y más violencia, sobre la que millones de estadounidenses y occidentales nos enteramos desde la comodidad de nuestras casas, informados por televisoras cuya información es controlada por Washington y el poder del dinero.

Lo que va a pasar en el futuro, la justicia que le va a tocar a cada actor de este drama, sólo le corresponde a Dios, el clemente, el misericordioso. Será El el encargado de dar a cada cuál lo que merece. Hoy en día, ya está ocurriendo una gran ola que podría mover, o de plano cambiar el curso de la  historia. Esta ola, es una ola migratoria, del tipo que han sido por milenios motores de la historia. Cientos de miles de personas están desplazándose hacia Europa, causando la alarma de los gobiernos y sus poblaciones. Occidente creó este desmadre ¿No? --perdón por usar este mexicanismo--. Pues ahora tendrán que ser parte de la solución, ya que fueron parte del problema.

Aunque este Blog no está dedicado a la política, sino al estudio de la espiritualidad y al crecimiento personal, tenía que decir esto tal como lo siento porque me parece lamentable que los mexicanos tengamos que enterarnos de este problema, lejano sí, pero que a final de cuentas también nos interesa, a través de medios que sólo recogen sin criterio alguno la información armada por partes interesadas: los gobiernos y poder corporativo occidentales.

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Friday, September 04, 2015

TODO, EN VERDAD TODO, SE ENCUENTRA EN LA ESCRITURA DE DIOS

Siguen los días nublados y con lluvia. ¡Cómo recuerdo el septiembre de hace un año, de tardes soleadas y noches sin lluvia! Ojalá así vuelva a estar este mes conforme se acerca la Fiesta Patria.

Escribo hoy una anécdota sobre mi estudio de lo espiritual, el cual emprendí a partir del segundo trimestre del año, a raíz de una serie de problemas, fracasos personales que me llevaron a pensar sobre qué estaba haciendo con mi vida, cuyo resultado fue mi abrazo a la fe. 

En mi post anterior narré brevemente un aspecto de mi encuentro citadino con una mujer testigo de Jehová. Para mí, dicho encuentro fue instructivo por varias razones. Ciertamente no me dejó dicho encuentro un buen sabor de boca. No deseo denostar al grupo religioso referido, sin embargo, referir esta conversación o discusión, me sirve de pretexto para tratar un par de temas que me interesan.

Decía yo en mi post de ayer que la semana pasada me acerqué a un puesto o exhibidor de literatura de los Testigos en una calle del Centro del DF, por lo que una testiga se me acercó y tuvimos una conversación que comenzó bien, pero en un punto de la plática yo mencioné que recientemente había abrazado la fe (el Islam), y que había yo leído en el Corán que judíos, cristianos y musulmanes en realidad somos hermanos. Al escuchar la palabra "Corán", la testiga cambió su actitud hacia mí y cuestionó mis creencias, lo cual no es correcto, sino que se trata de una actitud de mal gusto y que no es conveniente por ningún motivo.

Si revisamos cualquier manual de estilo y buenas maneras, e incluso si apelamos al simple sentido común, verán ustedes que nunca es aconsejable cuestionar las creencias --sobre todo  en política y religión --- de nuestro interlocutor, a menos que el motivo del encuentro sea expresamente debatir tales temas. Contrario a lo que mucha gente piensa SÍ es posible llevar una conversación sobre política y/o religión, en los aspectos que se tienen en común con nuestro interlocutor, pero repito es de mal gusto cuestionar las creencias de la persona con quienes estamos conversando.

Claro, yo sé que los testigos de Jehová (TJ) cuando andan de "ministerio", son entrenados para polemizar y responder a cualquier comentario de las personas con las que tratan, y consideran que todo comentario que no está acorde a las creencias de los TJ es una "objeción" a la prédica "testigojehovaista". Una persona verdaderamente espiritual, en mi opinión, evita como objetivo estar ganando discusiones, pero en fin, ese es su estilo.

Sin que yo cuestionara su fe, simplemente mencioné mis propias creencias y, como ya dije, mencioné un aspecto en el que, según mi opinión, ambos credos coinciden. De pronto, mi amiga testiga me cuestionó: "A ver, a ver, ¿quién escribió el Corán?". Un tanto sorprendido por la pregunta, la respondí: "el profeta Muhammed" (la paz sea con él). Entonces me vuelve a cuestionar la testiga: "A ver, dígame, ¿Y esa persona, está en la Biblia?. No está en la Biblia, si proviniera de Dios estaría en la Biblia" (entiendo yo que como profecía).

Dichas preguntas son la parte que según mi punto de vista son de muy mal gusto. Es como si yo estuviera conversando con un católico, quien menciona la Santísima Trinidad y yo le digo: "A ver, pero eso de la Trinidad, ¿Dónde se menciona en la Biblia?". Como si esa pregunta viniera al caso, siendo que independientemente si se menciona o no en la Biblia, la creencia en la Trinidad es algo que sostienen muchísimas personas en el mundo, lo cual es muy respetable.

En mi conversación con la testiga, traté de no entrar en polémica, sin embargo me empecé a sentir incómodo porque mi intención al acercarme a conversar no era polemizar, sino intercambiar puntos de vista. Me doy cuenta que es muy difícil intercambiar puntos de vista con personas entrenadas en las "ventas espirituales". Pronto di por terminada la conversación, amablemente.

Sin embargo, me quedé pensando en una de las preguntas de la testiga: "¿Dónde se menciona a Muhammad y al Islam en la Biblia?". No soy experto por supuesto en la Escritura así que no hubiera tenido una respuesta en ese momento. Sin embargo, algunos días después de reflexión y de lectura bíblica di con la respuesta: ¡El surgimiento de la fe transmitida por Muhammed sí está en la Biblia!.

TODO ESTÁ EN LOS LIBROS SAGRADOS

En el libro del Génesis se cuenta la historia de Abraham (la paz sea con él), el famoso patriarca, el profeta que es considerado el padre de TRES grandes religiones: el judaísmo, el cristianismo y el islam.

Cuenta la historia, que seguramente conocen los lectores de este Blog, que Dios hizo un pacto con Abraham, prometiéndole que su descendencia sería "tan numerosa como las estrellas", y que él sería el padre, o ascendiente de grandes pueblos. Abraham o Abram agradeció infinitamente a Dios sin embargo cayó en cuenta que ya era un hombre muy viejo --me parece que alrededor de 80 años de edad--, y su esposa también era mayor, y que al momento no habían podido tener hijos, razón por la cual veía difícil que llegara a ser padre de grandes pueblos.

Intentando resolver el problema de la edad, y sabiendo que era su esposa Sarai --o Sarah-- quien era estéril, ambos acordaron que Abraham tendría un hijo con su esclava egipcia, de nombre Hagar --¡esas costumbre antiguas de Oriente!--. Pues bien, en efecto Hagar queda embarazad de Abraham, pero, a fin de cuentas seres humanos, las relaciones entre Hagar y Sarah se comienzan a tensar, por lo que esta última, siendo la ama, despide a Hagar, quien vaga sola y embarazada por el desierto. Con un hijo en sus entrañas, su destino seguro era la muerte, pero Dios tenía otros planes.

El espíritu de Dios se le aparece a Hagar en el desierto y le ordena que regrese a la casa de sus amos, pues va a dar a luz a ese hijo que lleva dentro de sí, quien tendrá la bendición divina y quien, según Dios mismo anuncia, será el padre "de una gran nación".

Así que Hagar regresa, y es recibida por los viejos patriarcas, quienes finalmente acogen al hijo de la esclava, a quien ponen por nombre Ishmael.

Tiempo después del nacimiento de Ishmael, Dios concede a Abraham y a Sarah el poder de concebir y dar a luz a un niño, quien nace y a quien ponen por nombre Isaac. Como se sabe, este niño lleva la bendición divina para ser el heredero del pacto de Abraham con Dios, y eventualmente será el ascendiente del pueblo judío y de su linaje de favorecidos de Dios, que, para los cristianos, culmina con la llegada de Jesucristo.

Esa es una de las más famosas historias del libro del Génesis. Ahora bien, ¿Por qué digo que Muhammed y el Islam están en la Biblia? Pues, porque los hechos están ahí, para quién los quiera ver. Se sabe que Ishmael, según la tradición, es el padre de varios pueblos, uno de los más notorios de los cuales es el pueblo árabe, de habla semita y en efecto, pueblo hermano del pueblo judío.

Resulta que el pueblo árabe fue por muchísimos años habitante de los desiertos de Arabia y de Medio Oriente, dividido en tribus, guardando una cultura oral y un legado que le deparaba a la historia universal una gran sorpresa. El pueblo árabe nunca fue una gran nación, es decir, nunca hasta que apareció Muhammed (la paz sea con él) y les transmitió el Corán, que contiene la fe que la mayoría de dicho pueblo ha seguido desde entonces.

Por la acción profética, militar y cultural de Muhammed, en el nombre de Dios, el compasivo, el misericordioso, las tribus árabes se unieron políticamente y en relativamente poco tiempo configuraron una gran nación que aún hoy abarca una parte considerable del mundo. Si a los árabes étnicos le añadimos a todos los demás pueblos que han abrazado el islam, tenemos, al día de hoy, una nación espiritual de 1,200 millones de personas. ¿Se cumplió la profecía bíblica? ¿Llegaron a constituir los descendientes de Ishmael una gran nación? La respuesta está en los hechos. Y como vemos, esta gran nación nació a partir del legado divino que fue el libro del Corán y la fe, que es en realidad la misma fe de Abraham.

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En el nombre de Dios, el clemente, el misericordioso - بِسْمِ اللهِ الرَّحْمٰنِ الرَّحِيْ

La paz de Dios sea contigo - السلام عليكم

Thursday, September 03, 2015

¿TIENE ALGUNA RELEVANCIA LA FE HOY EN DÍA?

Este septiembre, Mes Patrio, ha comenzado lluvioso en el Valle de México, aunque no falta el sol que calienta los días durante las horas diurnas. Hoy, día 19 del mes Dhu l-Qada, décimo primero del calendario lunar sagrado.


La fe, es decir, la fe religiosa, no tiene prácticamente ninguna relevancia, en el mundo moderno en que vivimos, es decir, en la vida dentro del sistema económico, político y legal de la mayoría de las naciones, incluido nuestro México, en el que nosotros, la personas de hoy, vivimos.

El modo de vida que llevamos, la forma de ganarnos el sustento, el disfrute de los avances tecnológicos de que disfrutamos, realmente no dejan mucho lugar para la fe y la vida espiritual. Seamos sinceros, miremos a nuestro alrededor, todos podemos vivir la vida sin preocuparnos gran cosa por Dios, la fe, los mandatos de los libros sagrados y todo eso --para eso están los sistemas legales y éticos laicos--. Esa es la realidad, podemos vivir sin ello, nada de eso es necesario. ¿O sí? Nuevamente, mire usted lector, a su alrededor, no necesitamos nada de eso. Podemos, eso sí, recurrir a la vida espiritual como un complemento quizá interesante, quizá útil al modo de vida que llevamos, pero de ninguna manera relevante, ni mucho menos esencial.

Así que para el funcionamiento y disfrute de nuestro modo moderno de vida, no necesitamos la fe, nadie la necesita, quizá sólo los muy viejos y los muy enfermos. Ahora bien, ¿necesitamos la fe y la espiritualidad para enfrentar los problemas que a todos nos aquejan? Pues tampoco son elementos esenciales. Este mundo, este sistema, se supone, pone a nuestra disposición muchos caminos para resolver nuestros problemas, encontrar consuelo y para, como decimos, "seguir la vida". En conclusión --y sólo basta mirar a nuestro alrededor para darnos cuenta--, la fe ha pasado de moda, no es relevante, los seres humanos modernos podemos pasarla sin la religión. Millones de personas y sus vidas que continúan son prueba de ello. He dicho.

SECTA

Un día de los pasados días, caminaba yo por el centro de la ciudad de México, me detuve frente a un puesto de los Testigos de Jehová, esos donde últimamente exhiben, en las banquetas, su literatura educativa religiosa y de temas escatológicos. Charlé un poco con una señora testiga de Jehová, que se acercó a mí al notar que yo miraba sus folletos. Conversamos sobre varias cuestiones, entre ellas, la señora me dijo: "Mire usted este mundo lleno de maldad, infelicidad, injusticia", mientras señalaba a la gente que iba pasando por la céntrica avenida. 

Yo le respondí, mientras también yo señalaba hacia la gente que pasaba: "Bueno, no todo es maldad en este mundo, mire usted, hay gente feliz y contenta, además mírelos, no se andan agrediendo ni matando unos a otros".

Hay gente religiosa --sí, todavía la hay-- cuya visión del mundo y de la vida es muy triste, patética y sombría. 

Entre las cosas que le dije a la testiga es que hace pocos meses había yo decidido abrazar la fe --el Islam--, y que había yo leído en el Corán que los "hijos de Abraham", los cristianos, judíos y musulmanes, en realidad éramos hermanos. En cuanto ella escuchó la palabra "Corán", su actitud hacia mí cambió, me dijo que no estaba de acuerdo, me cuestionó sobre mis creencias, implicando siempre que todo lo que no era de los testigos --según ellos son los verdaderos y únicos seguidores de Jesucristo--, provenía de Satanás. Yo me sentí mal al oír eso, la verdad, pero evité polemizar con ella.

He aquí varias de las razones por las que la fe parece algo pasado de moda a muchas personas, no sólo pasado de moda, sino inútil, triste y sombrío. Claro, porque las enseñanzas de muchos grupos dizque religiosos son inútiles, tristes y sombrías en buena medida. Una de las desagradables creencias que suele tener gente religiosa --que se dice religiosa-- es la siguiente: "Mi fe es la (única) verdadera, yo tengo la inmensa fortuna y el privilegio de haber encontrado la Verdad, toda la demás gente está equivocada, no tiene el favor de Dios y seguramente será condenada".

Creo que es por esa razón que muchas personas hoy en día se cuidan de ser sólo "moderadamente religiosas". Las personas que son "fervientemente religiosas" --según ellas lo son-- suelen tener ideas extrañas en la cabeza. Extrañas en el mal sentido, a veces extrañas en el buen sentido, tenemos que reconocerlo.

FUERA DE ESTE MUNDO

Hay razones por las que las personas religiosas suelen tener ideas extrañas en la cabeza. La principal razón es que todos los credos espirituales que se precien de serlo aconsejan a sus seguidores o fieles apartarse de "ESTE MUNDO". Dice la Epístola de Santiago: "Apártate de este mundo corrompido".

Es decir, practicar la fe y la piedad, o como se dice, ser (verdaderamente) religioso NO es compatible con ser parte de este mundo, y cuando digo de "este mundo" me refiero a este sistema económico, político y legal en el que todos vivimos.

Y es que claro, se puede vivir en este mundo, en el sistema porque no existen alternativas, sin embargo aún viviendo en el sistema, se puede "estar fuera del sistema" y un medio para colocarse fuera del sistema es practicar la fe y llevarla a sus consecuencias lógicas que suelen ser consecuencias radicales.

Las personas religiosas, --personas verdaderamente religiosas, personas de fe-- tienden a ser radicales. Y cómo no van a serlo si tienen en la cabeza la idea de que deben seguir a peligrosos radicales que han caminado en este mundo en tiempos pasados. ¿Ejemplos? Van algunos: Moisés, Sócrates, Buda, Juan el Bautista, Jesucristo, Muhammed, Ghandi (la paz sea con ellos)....

E insisto: la fe y la piedad no tienen un lugar en el actual sistema moderno. Hablo de la fe y piedad verdaderas, que dudo sea la fe y la piedad de mi amiga testiga con la que conversé.

¿TODAS LAS RELIGIONES HABLAN DE LO MISMO?

Yo creo que la respuesta a esa pregunta es afirmativa. 

Y para comprobarlo, la ciencia va a ser de mucha ayuda. Una de las ciencias más interesantes y que más han avanzado en el mundo es la ciencia de la neurobiología, es decir la ciencia que estudia el cerebro humano y su funcionamiento. Los estudiosos de esta disciplina han logrado descubrir, catalogar y describir --cada vez lo hacen con más precisión-- la red de estructura y elementos --neurotrasmisores-- que hacen funcionar al cerebro humano y que caracterizan a los estados emocionales que las personas experimentamos. 

Pensemos: cuando personas que practican la fe, sienten una emoción de calma, de sosiego, producto de su práctica espiritual ¿Es diferente ese sentimiento en los budistas, en los católicos, en los musulmanes, o en los mormones? Independientemente de lo que pudieran decir todos estos practicantes, la ciencia nos puede decir, qué elementos en el cerebro --neurotrasmisores-- se activan como resultado de cierto estado emocional --en este caso la vivencia religiosa--. Es decir, las experiencias emocionales humanas están siendo descifradas químicamente nada menos que en el interior mismo de nuestros cerebros. 

Por lo tanto, la ciencia del cerebro nos puede decir si estados emocionales como la calma resultado de una práctica religiosa son intrínsecos a todo ser humano, independientemente del credo religioso particular que practique. Y eso, los estudios científicos lo pueden medir, no sólo en el momento, sino en sus resultados a través del tiempo.

Porque... si existe un creador --y la gente de fe creemos que sí--, ¿Habrá una razón por la que nos hizo como no hizo? Evidentemente que sí. El Corán dice que Dios nos formó en el vientre materno y el conoce todos nuestros secretos de cómo fuimos hechos. Así que, yo concluyo que la gente de fe --o que se dice ser de fe-- se hace tonta --o más bien sus líderes los hacen tontos-- al pensar que su práctica religiosa es la única verdadera y que no tiene nada que ver con la práctica piadosa de grupos de otros credos.

¿TODO ES PECADO?

En tiempos pasados, cuando yo intentaba acercarme a la fe, sea la fe católica, o la fe protestante, que lo hice en varios momentos de mi vida, me disgustaba darme cuenta que decidirse a seguir esos credos implicaba que "todo fuera pecado". Es una frase exagerada, pero la escucho decir a mucha gente que intenta acercarse a la fe. No es que en las religiones "todo sea pecado", pero si hay muchas cosas que "son pecado". Es malo hacer esto, es malo hacer aquello. Por eso, pues es más fácil mejor ver a la religión sólo de lejos.

Hagamos una lista de algunas acciones que prácticamente TODAS las religiones prohíben, --o consideran pecado--:

  • Mentir --así sean mentiras "pequeñas"
  • Maldecir --decir groserías-- así sea "entre dientes" o en pensamiento.
  • Ver espectáculos o representaciones pornográficas
  • El sexo fuera del matrimonio
  • Las sustancias intoxicantes --sean legales o ilegales--
  • Privilegiar la "diversión"o el "entretenimiento", por encima de los asuntos piadosos
  • Buscar ayuda para nuestras vidas en libros, medios y enseñanzas que no sean las de los libros sagrados
  • Comer en exceso
  • Trabajar en exceso
  • Descansar en exceso
  • Amar actividades, cosas o personas más que a Dios.
Pues esa es sólo una muestra de algunas de las cosas que una persona que practica la fe con sinceridad, debería considerar "pecados", y por lo tanto evitarlas. Como vemos, con ser una lista quizá incompleta, ya luce bastante difícil ¿O no?

Bueno, la realidad es que, según mi experiencia, al tratar de acercarme con sinceridad a la fe, he descubierto, que la palabra "pecado" es hasta cierto punto irrelevante. No se trata de estar pensando en lo que es malo, si esto o aquello es "pecado". Simple y sencillamente, si sientes amor a Dios, pues vas a dejando atrás cosas o prácticas que antes considerabas atractivas o deseables en tu vida, pero ya no más, incluso se te empiezan a hacer intolerables.

Es lo que, en un lenguaje muy radical decía Jesucristo cuando sentenció, según el Evangelio --y aquí parafraseo--: "Si tu brazo es causa de tu perdición, córtatelo, si tu ojo causa tu perdición, sácate el ojo". En realidad, según pienso, lo que quiere decir es que cuando sigues con sinceridad a Dios, no tienes problemas de dejar atrás, dar la espalda a cosas o prácticas que para otras personas --no piadosas-- parecerían impensables de desprenderse.

LA FE y LA FELICIDAD: ¿DOS CAMINOS DIFERENTES?

Casi todo lo que se produce y publicita dentro de nuestro sistema político-económico en que vivimos, se encuentra manejado por hombres y mujeres "de negocios". Y lo que les interesa a los hombres de negocios es que lo que producen "se venda".

Hoy se dice que todo está en venta. Cuando a la gente se le dice que hay secretos para "tener éxito", se le dice que tiene que saber "venderse a sí mismo". Nos "vendemos" a nosotros mismos como trabajadores profesionales, pero también "vendemos" nuestras ideas, nuestros proyectos y hasta nuestra personalidad.

El lenguaje ético, psicológico y existencial de este sistema está imbuido por el espíritu de los negocios y el dinero. La felicidad en este sistema tiene que ver con el placer y con el éxito financiero. Y todo lo relacionado con este sistema nos hace creer que en el camino a la felicidad, cualquiera que esta signifique, no cabe la fe ni la piedad.

Hay una película llamada "La Búsqueda de la Felicidad" con Will Smith ("The Pursuit of Happyness", de 2006). Buena película, es decir, una historia entretenida y bien contada, sólo que el mensaje final es: la felicidad es la libertad  y la fortuna de volverse millonario. Todo lo demás no importa o importa poco --salvo quizá transmitir dicha millonada a los hijos--. En serio, si no la has visto, amigo lector, busca esa película y verás.

Miremos a nuestro alrededor, la religión suele ser tratada como una actividad accesoria de nuestras vidas, de la cual podemos pasar. No es una idea muy popular decir que la fe y la piedad tienen como resultado la felicidad.

El otro día leí un Blog de un hermano musulmán, de Estados Unidos, hermano en la fe, que compartía su experiencia de practicar la oración (صلاة), y de tratar de hacerlo en la forma en que lo hacía el profeta Muhammed --que la paz sea con él--. Decía este hermano en la fe, que había caído en la cuenta de que el hombre es feliz, en la medida en que se encuentra cerca a su creador.

Tal es la esencia, la razón de ser, la idea principal tras la práctica de la fe. Yo pienso, imagino que otros credos, practicados con sinceridad, llevan al mismo resultado; pensar de otra manera me parecería soberbio de mi parte.

Así que, en mi opinión, se trata de un engaño decir, o un engaño a sí mismo pensar que la felicidad y la fe son dos caminos separados. No es así, una cosa lleva a la otra. Es mi convicción.

PIEDAD - TAQWA 

La piedad significa pensar en Dios en nuestra vida cotidiana. Una persona de fe, no podría sino pensar en Dios TODO EL DÍA. Al despertar, el hacer cualquier actividad, se trata de hacerlo en nombre de Dios, con consciencia de Dios.

El término en el Islam es de origen árabe y la palabra equivalente a piedad es taqwa (تقوى).Un hombre o mujer de fe tienen la conciencia de Dios, actúan con taqwa, en todo momento. Eso los lleva a estar cerca de su creador, y  a conocer la felicidad, 

Hablamos de la verdadera felicidad. Al escribir estas palabras no puedo sino mencionar como sinónimo "la paz de Dios" (السلام). No importan los tiempos ni las circunstancias de nuestras vidas. ¿Si tenemos la paz de Dios, de qué otra cosa podemos precisar?

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En el nombre de Dios, el clemente, el misericordioso - بِسْمِ اللهِ الرَّحْمٰنِ الرَّحِيْ

La paz de Dios sea contigo - السلام عليكم